El pezón umbilicado, también conocido como pezón invaginado, es una anomalía frecuente que puede causar molestias físicas y psicológicas. La afección suele ser benigna, pero puede dificultar la lactancia o interferir en la vida cotidiana. La cirugía del pezón umbilical ofrece una solución eficaz para tratar el carácter estético de esta afección. Por otro lado, puede comprometer cualquier posibilidad de lactancia futura. Esta operación puede estar cubierta por la Seguridad Social francesa. Estos son los puntos clave que hay que tener en cuenta.
Pezón umbilicado: definición de pezón invaginado
Un pezón umbilicado o invaginado es aquel que se retrae hacia el interior de la mama en lugar de apuntar de forma natural hacia el exterior. Considerada una malformación mamaria, esta anomalía suele estar presente desde el nacimiento, pero puede desarrollarse gradualmente con el tiempo. Existen varios estadios de invaginación, que varían en función de la intensidad de la retracción.
En las primeras fases, el pezón puede estar ligeramente retraído, pero esto sigue siendo discreto y causa pocas molestias. En una fase más avanzada, el pezón puede estar más retraído, lo que puede causar tensión y dificultades durante ciertas actividades cotidianas. En las formas más graves, el pezón queda completamente enterrado en la areola, lo que altera especialmente su aspecto y forma.
Este fenómeno puede afectar a uno o a ambos pezones, y su repercusión varía de una persona a otra, desde un simple problema estético hasta una dificultad más acusada en la vida cotidiana.
Causas del pezón umbilicado
Las causas de los pezones umbilicados están relacionadas principalmente con un desarrollo anormal de los conductos galactóforos. También puede ser consecuencia de un desequilibrio hormonal, sobre todo durante la pubertad o el embarazo. Ciertas infecciones, traumatismos o cambios fisiológicos también pueden favorecer la aparición de esta anomalía. En algunos casos, los factores genéticos están en el origen de la enfermedad.
Cirugía del pezón umbilical: ¿qué operación para un pezón invaginado?
La cirugía del pezón umbilical tiene por objeto enderezar el pezón liberando los conductos galactóforos y reconstruyendo su forma. Bajo anestesia local o general, la intervención consiste en realizar pequeñas incisiones alrededor de la areola para permitir que el pezón se recoloque correctamente. A continuación se realiza una sutura periférica para evitar que el pezón vuelva a retraerse. La intervención quirúrgica es relativamente sencilla y puede realizarse en régimen ambulatorio, lo que significa que la paciente puede irse a casa el mismo día. El objetivo de esta cirugía es esencialmente estético. Restaura la forma del pezón, eliminando así el complejo asociado a la invaginación.
Precio de la operación de pezón umbilical : ¿Cuál es el precio de una operación de pezón umbilical?
El coste de la cirugía del pezón umbilical puede variar en función de la complejidad de la operación, la técnica utilizada, el centro asistencial y el cirujano. La cura de un pezón invaginado cuesta unos 1.500 euros. Se prepara un presupuesto detallado que se entrega a la paciente durante la consulta preliminar para ayudarla a preparar la operación. El precio final incluirá los gastos de anestesia y hospitalización.
Cirugía del pezón umbilical: ¿es posible el reembolso o la cobertura?
La cirugía para corregir un pezón invaginado suele estar cubierta por la Seguridad Social. Basta una consulta con el cirujano para validar la indicación, normalmente sin acuerdo previo. Además, algunas mutuas también pueden reembolsar total o parcialmente el resto de los gastos asociados a esta intervención estética, en función de la cobertura especificada en el contrato. Por lo tanto, es aconsejable que consulte a su aseguradora para obtener información más precisa.
Operación de pezón umbilical: ¿cuáles son los efectos secundarios?
Como cualquier intervención quirúrgica, la cirugía del pezón umbilical conlleva ciertos riesgos. Las complicaciones más frecuentes son las infecciones, los hematomas y la formación de cicatrices visibles alrededor de la areola. En raras ocasiones, pueden producirse problemas de sensibilidad en el pezón, así como necrosis del mismo. Desgraciadamente, la umbilicación del pezón puede reaparecer en el 5 al 20% de los casos, dependiendo de la técnica quirúrgica. En nuestras series de cirugía mínimamente invasiva con bursa, hemos obtenido tasas de recurrencia inferiores al 2%. Un seguimiento postoperatorio cuidadoso puede prevenir estas complicaciones. El cirujano dará instrucciones precisas para cuidar la zona operada y limitar el riesgo de complicaciones.
Cirugía del pezón umbilical: el postoperatorio
El postoperatorio de la intervención suele ser sencillo. Los pacientes pueden experimentar un ligero dolor o malestar en los días siguientes a la operación. Pueden recetarse analgésicos para aliviar el dolor. Es importante mantener limpia la zona operada y evitar una presión excesiva sobre las mamas durante las primeras semanas.
Las cicatrices son discretas y desaparecen con el tiempo. Es aconsejable limitar la actividad física intensa durante el periodo de convalecencia para favorecer una cicatrización adecuada. Los resultados de la operación pueden ser visibles en las primeras semanas, pero la cicatrización completa suele tardar entre tres y seis meses.
Pezón umbilical y lactancia materna: lactancia materna después de la cirugía
Tras una intervención quirúrgica del pezón umbilical, la lactancia suele verse afectada, ya que la operación suele implicar el corte de los conductos galactóforos, esenciales para la circulación de la leche. Esta operación suele provocar la pérdida de la capacidad de amamantar, haciendo imposible la lactancia materna.
Las pacientes que deseen dar el pecho más adelante deben hablarlo con su cirujano antes de la operación para valorar las ventajas de la cirugía y encontrar alternativas, como el tratamiento mecánico con tracción, cuando sea posible.
Esta operación mejora el aspecto estético del pezón, pero es importante tener en cuenta la posibilidad de una alteración en la capacidad de amamantar antes de decidirse por la operación.