En una sentencia emitida el 31 de marzo de 2013, el Consejo de Estado francés reiteró que el uso de láseres médicos, lámparas de flash y dispositivos de luz pulsada es responsabilidad exclusiva de los médicos, y que solo la depilación con cera y pinzas puede ser realizada por no médicos. Esta decisión va en contra de la práctica de la mayoría de los centros de láser de bajo coste, que emplean personal no cualificado para realizar procedimientos de depilación láser. La mayoría de estos centros siguen haciéndolo, y algunos han sido clausurados administrativamente por la agencia sanitaria regional. Nos parece una decisión muy acertada, porque recuerda que la depilación láser sigue siendo un procedimiento médico con sus propias indicaciones y contraindicaciones. Prohíbe clara y definitivamente el uso de lámparas de destello en los salones de belleza no médicos. Los láseres y las lámparas de flash son potentes aparatos médicos que pueden provocar quemaduras, con posibles secuelas, sobre todo en las pieles oscuras. Queda pendiente la cuestión de la delegación de estos procedimientos, a veces repetitivos, pero a falta de un diploma oficial de técnico en láser como el que existe en Estados Unidos, las únicas personas autorizadas a asistir a los médicos son enfermeras o técnicos en electrorradiología con titulación estatal.