La rinoplastia ultrasónica, una técnica de vanguardia en cirugía estética de la nariz, combina la precisión mecánica con el respeto por la anatomía nasal. A diferencia de los métodos tradicionales en los que se fractura el puente nasal y luego se reconstruye, este enfoque se centra en preservar las estructuras óseas y cartilaginosas existentes. Gracias a herramientas como el Vectra Canfield y el sistema Orthonose, permite una planificación fina, una cirugía meticulosa y unos resultados estables en el tiempo. Nuestro centro de cirugía plástica integra estas herramientas digitales y las técnicas de ultrasonidos para ofrecer un enfoque a la vez preciso y seguro.
¿Qué es la rinoplastia ultrasónica?
Se trata de una técnica quirúrgica conservadora en la que el cirujano modifica la forma de la nariz sin desmontar el arco osteo-cartilaginoso. La anatomía inicial (dorso, tabique, ligamentos) se respeta en gran medida, lo que limita el riesgo de irregularidades secundarias, asimetrías o alteraciones del aspecto.
El hueso se trabaja con un piezotomo, un instrumento de ultrasonidos que esculpe el hueso sin fracturarlo brutalmente. Este dispositivo permite realizar cortes precisos y milimétricos sin traumatismos, al dirigirse únicamente al tejido óseo, sin dañar las mucosas, los vasos ni los nervios adyacentes.
Antes de la intervención, realizamos un modelado en 3D de la nariz con el sistema Vectra Canfield. Esto permite al paciente ver una simulación de su futuro perfil, lo que resulta útil para afinar los objetivos estéticos. Además, se puede imprimir en 3D una guía quirúrgica personalizada utilizando el software Orthonose, para garantizar la seguridad de los movimientos óseos durante la operación.
¿Cuáles son las indicaciones de la rinoplastia ultrasónica?
Este procedimiento está destinado esencialmente a pacientes que nunca se han sometido a una intervención quirúrgica de la nariz, que presentan una protuberancia osteo-cartilaginosa moderada, una ligera desviación nasal o un punto a corregir, pero sin grandes cambios estructurales.
Está especialmente indicada cuando se pretende obtener un resultado natural, sin alterar la anatomía profunda ni reconstruir la estructura ósea nasal. Sin embargo, está menos indicada en narices muy deformadas, secuelas postraumáticas o rinoplastia secundaria.
¿Cuáles son las principales ventajas de la rinoplastia ultrasónica?
Una de las principales ventajas de este enfoque es que minimiza el impacto quirúrgico en las estructuras nasales. Al evitar procedimientos traumáticos como las osteotomías convencionales, la rinoplastia ultrasónica suele causar menos edema, hematomas y dolor inmediatamente después.
La nariz conserva su estructura de soporte. No se "reconstruye" tras una fractura, sino que se ajusta respetando su geometría natural, lo que contribuye a un resultado más estable y natural a largo plazo. Esta preservación del arco dorsal también ayuda a evitar ciertos escollos frecuentes en la rinoplastia tradicional, como los huecos, las protuberancias secundarias o el aspecto "quirúrgico".
Otra función interesante es la simulación en 3D con Vectra Canfield. Esta tecnología permite a los pacientes discutir sus objetivos estéticos con su cirujano de forma concreta. La imagen proyectada sirve de referencia compartida para alinear las expectativas y planificar con precisión el procedimiento. Orthonose, por su parte, convierte los datos del paciente en una guía de osteotomía personalizada, que nuestros cirujanos utilizan en el quirófano para garantizar la seguridad de los procedimientos óseos.
Rinoplastia por ultrasonidos: el procedimiento
Por lo general, la intervención se realiza con anestesia general. Según los casos, puede ofrecerse hospitalización ambulatoria o una noche en una clínica. La duración de la intervención varía en función de la complejidad de la remodelación.
El abordaje puede ser abierto o cerrado. Tras la disección, el cirujano remodela el hueso utilizando un piezotomo. La herramienta vibra a alta frecuencia para cortar el hueso de forma selectiva, sin causar impactos ni microfracturas.
En caso necesario, la intervención puede incluir el recentrado del tabique nasal, la plastia de la punta o una reducción moderada del cartílago alar. Sin embargo, el objetivo es siempre preservar las uniones ligamentosas y las líneas estructurales para obtener un resultado estable y armonioso.
Al final de la intervención, el médico coloca una férula externa, que generalmente debe mantenerse entre 6 y 8 días. En la mayoría de los casos, no se requiere fresado.
Convalecencia tras rinoplastia ultrasónica
Inmediatamente después, puede aparecer un edema moderado y algunos hematomas, principalmente en los párpados inferiores. El dolor suele ser limitado y se controla bien con analgésicos simples.
El apósito se retira hacia el sexto o séptimo día, durante la primera consulta postoperatoria. La nariz permanece sensible durante unas semanas, sobre todo al tacto o a la presión. La mayoría de los pacientes pueden reanudar sus actividades sociales y profesionales al cabo de 10 o 15 días, aunque la inflamación persista durante algún tiempo.
Se aconseja evitar el deporte, las gafas y la exposición al sol durante al menos 4 a 6 semanas. El resultado inicial es visible en cuanto se retira la escayola, pero el perfeccionamiento final se produce gradualmente a lo largo de 6 a 12 meses, sobre todo en la punta.
Sin embargo, la nariz suele cambiar ligeramente con el paso de los meses, sobre todo si la piel es gruesa o si se prevén retoques.
¿Cuánto cuesta la rinoplastia ultrasónica?
El precio de una rinoplastia ultras ónica varía en función de una serie de criterios, en particular si se trata de una primera operación o de una operación repetida. Para una primera rinoplastia ultrasónica, los honorarios suelen oscilar entre 7.500 y 8.500 euros. Para una rinoplastia secundaria, técnicamente más compleja, el coste puede aumentar de 9.000 a 15.000 euros, dependiendo de la cantidad de trabajo de reconstrucción necesario. En la primera consulta, el paciente recibirá un presupuesto personalizado.
Esta operación suele realizarse por motivos estéticos, por lo que no está cubierta por la Seguridad Social. No obstante, puede hacerse una excepción si se documentan molestias funcionales graves (obstrucción nasal persistente confirmada por un examen ORL). En este caso, sólo se reembolsará parcialmente la parte funcional de la intervención.